Recortes de Prensa

La Voz de Galicia 11.04.2012


La Opinión de A Coruña 03.03.2013


La Voz de Galicia:



La Voz de Galicia 04.12.2013.
La Opinión de A Coruña

Humor para salvarse de 'ser tan imbéciles'

Lino Braxe dirige al grupo Valacar, de la ONCE, que mañana a las 20.30 horas estrenará la comedia 'Somos tan imbéciles' en el Ágora


La actriz Yésica Val, una de las protagonistas de la obra. | 13fotos
a coruñaAlgunos le llaman programas de crónica social o incluso de entretenimiento, pero muchos coinciden en denominarla telebasura. Son los programas más polémicos de la televisión, capaces de acaparar portadas por contenidos poco apropiados para públicos infantiles y con un mensaje didáctico prácticamente nulo. Son, sin embargo, los formatos que mayor éxito de audiencia cosechan en la pequeña pantalla.
El dramaturgo Lino Braxe recoge el espíritu de este hábito de consumo tan extendido bajo la comedia Somos tan imbéciles, que el grupo Valacar, de la Fundación ONCE, estrenará a las ocho y media de la tarde en el centro Ágora para después representarla en Ourense y Pontevedra. "Somos tan imbéciles porque no hacemos nada para cambiar esta situación, seguimos consumiendo productos de este tipo pese a todo", advierte el director.
El escenario del Ágora se convierte en un plató de televisión, donde se graba en directo un programa de formato magacín. La presentadora, interpretada por la actriz y humorista Yésica Val, conecta desde allí con el Despacho Oval de la Casa Blanca, el Vaticano o "presos ilustres que andan por las cárceles". También lo hace con personas afectadas por las preferentes o con desempleados que hacen cola frente a las oficinas del Inem. Hasta ahí se presenta como un programa de actualidad, aunque un concurso de ética cuestionable acaba por empañarlo todo. "Participan indigentes a los que se les da como premio una manzana, un bocadillo o un poco de mortadela", describe Braxe, que además de ser autor del guión también dirige a los actores. "Es bastante cruel, pero todo parte con mucho humor", reconoce.
El programa culmina con una sección denominada O Terceiro Grao, en la que la presentadora debe entrevistar a un narcotraficante gallego. Cada sección del magacín se divide con el piano de Antonio Rumbo, "como hacen en los programas horteras", bromea Braxe, al tiempo que elogia el talento del músico. "El programa termina muy arriba, pero de repente cambia a un Nocturno de Chopin y se hace una reflexión final", apunta el director. Si bien los personajes aparecen comiendo y tirando comida durante toda la obra, finalmente acaban condenando el hambre en el mundo y el reparto desigual de comida.
Una comedia con mensaje "bastante ágil" en la que doce artistas, de los que ocho son invidentes, desarrollan una reflexión sobre nuestros hábitos de consumo. Para Braxe, es "una maravilla" trabajar junto a este grupo de actores, a los que dirige por primera vez tras compartir un recital poético de la Coral Breogán de la ONCE. La entrada para esta obra "cañera" es gratuita hasta completar aforo.

La Voz de Galicia 31.08.2013








Yésica Val: «A los hombres les da morbo que sea ciega»

Apasionada por el teatro, la joven monologuista comenzó a perder la vista cuando tenía 23 años
28 de junio de 2015. Actualizado a las 05:00 h. 7

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Dice cosas impresionantes. Y siempre sonriendo. «El único momento en el que veo imágenes reales y no borrosas es cuando estoy soñando. Tengo mucha memoria visual y me acuerdo de las caras de la gente de cuando veía», comenta Yésica Val Fresco. «Como el pan», apostilla con una carcajada sobre su segundo apellido.

Habla de asuntos serios, duros, dolorosos, pero siempre encuentra espacio para el humor. Tiene 35 años, es sagitario, y está soltera, aunque con pareja. «Me gusta la idea de tener un marido si apareciera la persona ideal, pero soy muy exigente y para mí todos los hombres tenéis defectos», comenta sonriente. «Creí que el hecho de ser ciega os iba a echar para atrás porque sois cobardes, pero qué va, os da igual. A los hombres les da morbo que sea ciega. A veces pienso que soy como Angelina Jolie porque se me pegan y no me dejan», añade con el adorno de otra gran carcajada.
Lo que tiene claro Yésica es que no va a tener hijos. «Siempre fui madraza y me hubiera gustado criar una prole, pero cuando perdí la visión me quité la idea de la cabeza. Para los niños hay que tener mil ojos. Imagina que voy al parque y cojo a un niño que no es el mío».
Nació en A Coruña, pero pasó los primeros ocho años de su vida en Venezuela, donde había emigrado la familia. De vuelta a casa estudió en el colegio Cervantes, en el Concepción Arenal y en el Eusebio da Guarda. Después acabó Relaciones Laborales en Ferrol y ahora estudia psicología por la UNED. Su vida cambió de manera radical a los 23 años.
Pasión por el teatro
A esa edad empezó a perder visión. «Era miope, pero me asusté porque de repente empecé a ver menos y menos y fui a urgencias. Me diagnosticaron distrofia macular, creo que se dice así. Es algo raro, en mi familia nadie tiene estos problemas menos yo».
Con el papel de la incapacidad en la mano, decidió apostar por lo que siempre le gustó, el teatro, la danza, los monólogos, y acudió a varias academias para formarse. En el 2011 estrenó su primer espectáculo en el café Bon Vivant. «Triunfé, eran todo amigos», apunta entre risas.
Ahora, la siguen llamando para actuar en locales de toda Galicia con su nuevo monólogo, Los monólogos de la conacha. «Está basado en Los monólogos de la vagina pero la destrocé totalmente. Me gusta provocar, romper con los tabúes. Doy imagen de dulce, de pequeñita, y nadie se espera que de mi boca salga eso. El humor cuanto más bruto, más funciona. Lo de caca, culo, pedo, pis le sigue gustando a la gente », sentencia Yésica Val.
Dice que se gasta mucho dinero en taxis y buses. «Me gustaría poder caminar más por la ciudad, pero es un peligro por los andamios y los excrementos de los perros. Lo hago todo como si viese, pero me da pena perderme las exposiciones y no ver los cuadros y las fotografías. Al cine voy y me siento en primera fila, aunque es un fastidio para los amigos que van conmigo, y sigo la película gracias a un sistema que describe lo que pasa. Leo mucho en audiolibro, en especial novela romántica, de suspense y de autoayuda», relata mientras compartimos café en el Doré de la ronda de Nelle, esquina Sinforiano López, el mismo sitio donde me citaron estos últimos meses la cantante Silvia Penide y la pintora Marita Carmona. Se ve que es un local que atrae al arte.
El lugar favorito de Yésica de la ciudad es la coraza de Riazor y, de comer, le vuelve loca la pasta. «Debo de ser algo italiana. La cocino yo, y también hago lentejas y fabada. Con los fritos no me atrevo, que la puedo liar». Esta mujer es un encanto. Sonríe a una vida que le ha jugado malas pasadas, como la reciente enfermedad de su madre que la tiene muy preocupada y pendiente de ella en todo momento. Mira con el corazón. « Lo cierto es que cuando tomo una copa de más hasta creo que veo mejor y también depende de lo que coma, influye en la visión», comenta, de nuevo entre carcajadas. Me agarra del brazo, con la otra mano maneja el bastón y vamos caminando hacia su casa. Sonriente, me da dos besos, y nos despedimos.

Yésica Val: ´Ahora soy más feliz, de lo malo siempre se saca algo bueno´

"La ONCE debería promover otros empleos y no centrarse en el cupón"

04.03.2013 | 12:59
La coruñesa Yésica Val. / 13fotos
La coruñesa Yésica Val. / 13fotos
Rebosa alegría y vitalidad y reconoce que ahora, que ha perdido prácticamente toda la visión, es cuando más feliz se siente. La coruñesa Yésica Val estudia, hace monólogos, va a teatro y a danza, pero confiesa que, al principio, quedarse sin vista fue muy duro. Esta joven de 33 años narra cómo es el día a día de una persona invidente en el siglo XXI, donde las tecnologías son sus grandes aliadas
A. R. A CORUÑA Con 23 años empezó a perder rápidamente visión. Tras una visita a urgencias el veredicto de los médicos fue claro: tenía una enfermedad degenerativa que la dejaría ciega progresivamente o al menos con escasa visibilidad. Diez años después la coruñesa Yésica Val precisa bastón para caminar por la calle -tan solo puede distinguir bultos-, pero se define como una chica "feliz" que ahora puede hacer todo para lo que no tenía tiempo cuando trabajaba. "Hay que ser positivos porque de todo, incluso de lo malo, se saca algo bueno", indica.
Yésica rebosa alegría y vitalidad, pero reconoce que los inicios fueron muy duros. "Perder la visión te cambia la vida. No puedes trabajar en lo que estabas, crees que te limita para ir al cine, leer, estudiar...", sostiene esta coruñesa, quien añade: "Al principio lo pasé muy mal. Me negaba a utilizar el bastón y me daba terror salir a la calle sola". Hasta que un día dijo basta. "Fui aceptándolo y desde que aprendí a manejar el bastón me siento mucho más segura y fuerte. Creo que fue una prueba de que había madurado, no me podía pasar la vida llorando", sostiene.
Esta joven de 33 años reconoce que la clave para superar la pérdida de visión es "la paciencia". "Hay que tratar de sacar siempre lo positivo, la gente no debe desanimarse. Ahora soy más feliz que antes, creo que veo ahora más de lo que lo hacía antes. Por ejemplo, era una persona muy tímida y ahora he dejado de tener tanta vergüenza, soy mucho más sociable y extrovertida", resalta Yésica.
Al empezar a perder visión tuvo que dejar su trabajo como administrativa, pero esta joven coruñesa no tiene tiempo para aburrirse. Ahora ha retomado los estudios de Psicología - "una carrera que siempre me gustó"- y que saca, sin prisas, a través de la UNED. Unos estudios que compagina con diferentes actividades como teatro o danza. Pero Yésica además se ha convertido en una experta monologuista. "Hablo del amor y de la ceguera exagerando algunas cosas y a la gente le gusta", indica esta joven que ya ha hecho numerosos bolos por locales de la provincia coruñesa.
Yésica tiene palabras de agradecimiento para la ONCE, pero también se muestra crítica con la labor de esta entidad. "A la ONCE le agradezco que me facilita el acceso a todo tipo de tecnología como programas de voz para poder navegar por internet en el ordenador o audiolibros tanto para leer en mis ratos de ocio como para estudiar", señala.
Pero no todo es positivo. "Creo que es una entidad que está muy centrada en la venta del cupón y que no promueven otro tipo de empleo con el mismo interés cuando, en realidad, un ciego puede dedicarse a muchos trabajos. Además deberían tener un departamento de investigación sobre enfermedades que de la vista", resalta.
Yésica reconoce que su discapacidad no le impide llevar una vida como cualquier otra chica de su edad. La tecnología es su aliada. "Estudio, leo y accedo a redes sociales con programas de voz y veo cine con un sistema que detalla las escenas sin diálogo", subraya.

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La monologuista de A Coruña Yésica Val gana el segundo premio del concurso de monólogos del Ayuntamiento de Ávila












GUSTAVO RIVAS
GUSTAVO RIVAS

La coruñesa Yésica Valfresco ha logrado el segundo premio del Concurso de Monólogos e Inclusión convocado por el Ayuntamiento de Ávila, según ha informado hoy en rueda de prensa la concejala de Accesibilidad, Noelia Cuenca.
David Cabezas Céspedes, de Aldaya (Valencia), logró el primer premio de este concurso, del que se clasificó en tercer lugar el madrileño Eduardo Julián Vicente Ramos.
Noelia Cuenca ha señalado que los cinco trabajos presentados desde toda España han abordado el tema de la discapacidad y la accesibilidad «con humanidad y respeto».
Así, el primer premio, dotado con 400 euros y un lote de regalos solidarios, ha ido a parar el valenciano David Cabezas Céspedes, por un monólogo titulado «David y su punto de vista».
Tanto el ganador como la segunda clasificada, Yésica Valfresno, son invidentes, una circunstancia que no ha influido en la decisión del jurado, tal y como ha apuntado Cuenca.
Valfresno, de A Coruña, se ha embolsado los 250 euros del segundo premio por un monólogo sin título, mientras que los 150 euros del tercer premio han ido a parar a Eduardo Julián Vicente Ramos, de Rivas Vaciamadrid (Madrid), por un trabajo titulado «Por la integración de los tontos no discapacitados».

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Yesica Val, en el café de Budha

Yesica Val, conocida como la monologa ciega, actuó ayer por la noche en el café de Budha, con el humor desde otro punto de vista...

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YESICA VAL, la monologista ciega




Yesica Val, llegó a rozar el lleno, en una de las cafeterías de Arteixo que se está haciendo un hueco en la noche arteixana con sus buenas actuaciones en directo.








Yesica, hizo en más de una ocasión, poner la sale en pie para ovacionarla, con un buen repertorio y criticas hacia los hombres, eso si, tenía toda la razón, jejeje. La verdad, a ver si la volvemos a ver de nuevo, disfrutar de su actuación y esta vez nos pone a los hombres mejor, pero para ello tenemos que mejorar mucho.

Un saludo, Benito

13 de Mayo de 2012. La Voz de Galicia. A Coruña



14 de Abril. La Voz de Galicia. Villagarcia.


8 de Marzo de 2012.La Voz de Galicia. A Coruña.

Ye Sic A


24 de Febrero de 2012. La Voz de Galicia. A Coruña.

Ye Sic a 2